Rutas Etnográficas

RUTA 1

Los Molinos Harineros del casco urbano de Pliego

En la población de Pliego ha habido tres molinos harineros a lo largo de la historia. Los dos más antiguos eran hidráulicos, movidos por la fuerza del agua de la acequia de riego que nacía al pie del castillo y terminaba en la balsa. El más reciente se construyó en el siglo XX y su fuente de energía fue la electricidad.

Molino de la Encomienda. Perteneció a la Orden de Santiago y ya existía en 1468. Se encontraba a los pies de la fortaleza señorial, al oeste de la actual manzana de la torre del Reloj. Era un molino de cubo y tenía una muela. Fue derribado en el siglo XX.

Molino de la Balsa. Estaba operativo en 1755, siendo sus propietarios doña Manuela Pérez, don Miguel Rubio y don Juan del Riego. El edificio aún se conserva junto al mencionado estanque de agua. También era un molino de cubo, con una muela.

El Molino de Francisco «el molinero». Estuvo activo durante gran parte del siglo XX. A diferencia de los anteriores, era movido por energía eléctrica y contaba con dos muelas. Se localiza frente al molino de la Balsa.

RUTA 2

La Calle del Agua: El Sistema Hidráulico del Pocico del Agua de Pliego

El Pocico del Agua, fuente que brota en el barranco de La Mota, al pie del castillo de Pliego, debió ser determinante para que se poblara La Mota y se construyese el castillo de la localidad finalizando el periodo andalusí (finales del siglo XII, primera mitad del XIII). Además de abastecer a la población, el agua se emplearía para regar las tierras de la margen izquierda del barranco a partir de una acequia principal. Gracias al sistema hidráulico del Pocico del Agua, nació y creció el Pliego actual.

Integrado el reino de Murcia en Castilla a mediados del XIII, Pliego se concedió en señorío y en 1305 lo compró la Orden de Santiago, incorporándose a la encomienda de Aledo. En fecha indeterminada, abandonado el poblado de La Mota, fue consolidándose un núcleo de casas habitado por mudéjares en lo que hoy es la parte más antigua del casco urbano de Pliego, donde la Orden también levantó una pequeña fortaleza. Sabemos que el caserío estaba defendido a casamuro en el último cuarto del siglo XV y se desarrollaba a lo largo de la acequia de riego. Está, incluso, pasaba por el interior de la fortaleza y el agua movía el molino de la encomienda, cuyo cubo estaba situado en la barrera del recinto defensivo, como consta en los informes de los visitadores santiaguistas ya en 1468. El salto del molino venía precedido por un tramo de acequia elevado mediante arcos de medio punto de rosca de ladrillo que se conservó hasta el siglo XX –inmediato al Este de la Torre del Reloj, en la calle de los Caños–.

Con el tiempo, y el aumento de habitantes, en el recorrido de la acequia madre fueron surgiendo otras construcciones relacionadas con el agua: un pilar o lavadero bajo el molino de la Encomienda –del que tenemos noticia a principios del XVII–, un segundo molino hidráulico junto a la balsa –mencionado a mitad del XVIII– y la fuente de Los Caños –que pudo obrarse entre el XVIII y XIX–. Y desde entonces aparecerían varios pilares y lavaderos más.

En la centuria del Setecientos estaba consolidado el sistema de riego que conocemos hoy, sobre la base del medieval. La acequia madre tiene alrededor de 1500 m de longitud entre el nacimiento y la balsa y transcurre –de Este a Oeste, en el sentido de la corriente de agua– por las actuales calles del Pocico, Camino Nuevo, Caños, El Pilar y de la Balsa. Una serie de partidores de acequias secundarias regaban zonas de huerta antes de llegar al embalse: hacia el norte, las acequias de los Parrales, del Barranco y del Carretero; hacia el sur, las del Santoro y del Cabezo hacían lo propio con las tierras situadas a partir de la iglesia. Por supuesto, otra parte de la huerta también se extendía más allá de la balsa. Este dispositivo de riego estuvo en funcionamiento hasta la década de 1970, cuando el agua dejó de brotar debido a la sobreexplotación de los acuíferos, la intensificación de la agricultura y la disminución del régimen de lluvias.