Pascual Martínez Abellán nació en Pliego, en la calle de los Arcos. Su infancia transcurrió en la escuela, situada en los pisos superiores del antiguo Ayuntamiento, las posibilidades económicas de su familia (su padre era comerciante) le permitieron estudiar en Murcia. Se diploma en la Escuela Normal de Murcia, pasando a preparar las oposiciones para el Cuerpo de Maestros y obteniendo la plaza en propiedad en un pueblo de la región (provincia de Albacete).
Su recuerdo de Pliego, y los manuales pedagógicos de Giner de los Ríos, le llevan a soñar con crear en Pliego un grupo escolar para niños/as. Pero esto era una ilusión, y su deseo de superación le llevó a ser Inspector de Instrucción Primaria, lo que le abrió nuevas miras para analizar la enseñanza de su época y la forma de mejorarla. Escribió en estos años, más de diez obras de carácter pedagógico, e incluso presidió varios congresos de Pedagogía en Albacete capital.
El recuerdo de su tierra le llevó a refugiarse en los libros de Gramática y las frases de los antiguos manuales. La caligrafía en tinta despertó en él una curiosidad excepcional: leía con avidez e intentaba comprender la unión de las palabras, viendo ese universo perfecto que son las palabras y la comunicación. Fruto de esta inquietud le llevó a escribir libros de carácter lingüístico y colaboraciones en los periódicos. Había nacido en él otra vocación, el estudio de la Lengua castellana, de la fue un autodidacta, poseyendo y asimilando las enseñanzas que sobre Lingüística escribía el filólogo Benot, consiguió que éste le dedicase el Prólogo de uno de sus libros: “Diccionario General de Ortografía. Fonología y Régimen de la Lengua Española “, que sería publicado en 1.900, con anterioridad, a la edad de 38 años, había escrito la Primera Serie de Lexicología y Sinonimia (1896). Por su trabajo e investigación fue distinguido por el Estado como Comendador de la Orden Civil de Alfonso XII.
La importancia de Pascual Martínez Abellán fue palpable, pero su ligazón con Pliego es única, ya que en uno de sus viajes trajo consigo ahorros para construir su proyecto: unos Pabellones Escolares. Aunque con ese dinero, solo se pagó el alquiler de las aulas improvisadas en el Ayuntamiento, fue la primera intención de crear un “colegio” local. Pero, no sería hasta el año 1951 cuando se construyó en Pliego el primer pabellón del Grupo Escolar, que se llamó Colegio Nacional José Ibáñez Martín, Ministro de Instrucción Pública de estos años.
En 1.975, siendo Director de la Escuela , D. Francisco Ponce Molina, se procedió a notificar a la Delegación de Educación en Murcia, la elección del nuevo nombre, pasando desde entonces a ser llamado “Pascual Martínez Abellán”, cuyas palabras decían: “El amor a la Patria y a mi pueblo ha sido mi principal lema, el mejoramiento de las sociedades, por medio de la escuela de Primera enseñanza, es mi constante aspiración; por eso me tenéis aquí, a brindaros todo mi cariño”
Texto: Antonio Miñano Pérez