La iglesia parroquial está encomendada a Santiago Apóstol. Esto se debe a que a principios del siglo XIV la villa fue adquirida por la Orden de Santiago, quedando los mudéjares, población exclusiva de Pliego desde sus orígenes, sujetos a las directrices de la Encomienda de Aledo.
Con anterioridad, a la actual construcción religiosa, en el siglo XVI se edificó en el mismo lugar, en el que se encuentra la actual iglesia parroquial, una primitiva iglesia dedicada a Santiago. Si bien, debido a la pobreza de los materiales de la obra, la iglesia se deterioró precozmente. En 1667, como consecuencia del lamentable estado del templo, se proyectó la construcción de un nuevo edificio de mayores proporciones. Se iniciaron los trabajos pero, a causa de problemas económicos, se paralizaron las obras. La iglesia fue deteriorándose. Según documentos de la época, en 1720 dos caballeros de la Orden de Santiago se presentaron en la villa, comprobando que las obras estaban paralizadas por falta de recursos. Finalmente las obras se reanudaron, y el 23 de marzo de 1778, fue bendecida la nueva parroquia, quedando la vieja parroquia integrada en la planta de la nueva Iglesia de Santiago.
Exterior
La planta y el estilo de la iglesia son las propias de las grandes iglesias santiaguistas. Presenta planta de cruz latina, con cúpula sobre tambor en el crucero, la nave central de cinco tramos, seis capillas laterales y ábside, que incluye el altar mayor. La puerta principal está coronada por un medallón con el escudo de la Orden de Santiago.
La ornamentación de las portadas que dan acceso a las sacristías se decoraron según el gusto rococó. Las portadas están labradas en piedra, igual que las columnas, pilastras y torres. En cambio, los paramentos exteriores del edificio son de ladrillo. Se han conservado del templo anterior una escultura en madera del santo tutelar, que preside el camarín del altar mayor; y una imagen de la Virgen con el Niño. En el crucero hay un retablo, que debió ser realizado hacia 1770, dedicado a Nuestra Señora de los Dolores.
La Iglesia parroquial de Santiago Apóstol, está declarada monumento histórico- artístico nacional, y declarada bien de interés cultural en 1983.
Interior
En el lado de la epístola del crucero se sitúa el retablo de estuco de la Virgen del Rosario, en el cual la iconografía, la emblemática y los símbolos serán puestos al servicio del empeño de «adornan» la capilla, obteniendo en su consecución un retablo inmaculista. Hoy alberga la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, pues su titular fue quemada en la Guerra Civil.
Las distintas molduras, rocallas y volutas enmarcan los dos elementos centrales del retablo, que son la hornacina y el lienzo de san Francisco, cada uno en su respectivo cuerpo.
El retablo es de estuco. Su diseño es muy académico, en el sentido de que se diseñó usando modelos anteriores y por la intervención de la Orden de Santiago en la aprobación de su boceto.
En el retablo encontramos cuatro relieves alusivos a las Letanías de Loreto, reforzando su significación mariana. En el primer relieve, situado en el panel de la calle izquierda de retablo, la Casa de Oro y la Azucena.
En el cuerpo central, en la parte izquierda de la hornacina, otra moldura recoge los símbolos de la luna, la estrella y un rosal. La luna, el sol y la corona de doce estrellas son los tres símbolos de la terrible visión que, de la nueva Eva, nos ofrece en el libro del Apocalipsis. El sol aparece en el emblema de la derecha del camarín y resplandece como la belleza de la Virgen. La luna creciente suele aparecer como peana de sus pies. En este mismo relieve aparece un olivo y un ciprés; ambos árboles son símbolos de paz y de comunicación entre el cielo y la tierra. Por último, en el emblema de la calle derecha aparecen los símbolos de la palmera y de la torre.
Como recordatorio del importante papel desempeñado por los franciscanos en la discusión teológica a favor de la Inmaculada Concepción de Maria se representa a San Francisco de Asís en la pintura al óleo situada en el cuerpo superior del retablo. El lienzo representa el episodio de la estigmatización, momento clave en la vida del santo, quien aparece retirado en oración junto al monte Alvernia, situado en el fondo izquierdo de la escena, y recibiendo los estigmas a través de una visión.
En la parte del Evangelio del crucero se colocó el altar de la hermandad del Santísimo Sacramento y Benditas Ánimas del Purgatorio. En la Visita de la Orden de Santiago del año 1782 se mandó decorar. En el año 1789 ya estaba acabada la ornamentación: sobre el altar, que contenía una talla de Jesús Yacente, se colocó un lienzo de la Virgen del Carmen y las almas del Purgatorio y, en torno a él, una gran mural pintado sobre la pared de 8,10 metros por 9 metros.
El retablo de la hermandad es un cuadro al óleo de grandes proporciones de la Virgen del Carmen, intercesora, de las benditas ánimas del purgatorio. El original se perdió y se sustituyó en la década dex1940 por el actual, de muy poca calidad. Este óleo está rodeado de una gran pintura mural de arquitectura «fingida», que se extiende desde el banco hasta más arriba de la cornisa, variedad de pintura que imita arquitecturas y se vale de la técnica del «trompe l'oeil» o trampantojo (engaño al ojo), que provoca una ilusión óptica, ya que el fresco da la impresión de realidad de un objeto o escena pintada. La pintura es temple sobre revoco seco.